romance de verde oliva



Romance de verde oliva 
allí es de donde vengo.
Yo oigo 
a las niñas cantando 
a la noche fingida
que no calienta 
la ventana olvidada 
por la luna 
aún viva.

Boca de aceituna  
y restos de sal 
en lo que empieza a ser una herida. 

Mujer que le dio alas al viento 
en forma de odio y venganza.

Espejos que rompen 
las cosas que existen.

¡OH, no! ¡mi cintillo era de oro!, 
y yo no tengo espejos.

¿de dónde vienes, dime,
de dónde?
De los mares de los olivos 
que más de una mujer la llora.

¿veremos perfumes de Arabia? 
no, amigo mío, 
no hay regalo que ofrecer a un engaño
que más de un ciego 
lleva ya amor de antaño.  

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